De nuevo un indicador de los
altos números de inseguridad en Cali es la intolerancia, el ajuste de cuentas y
la “justicia por las propias manos”. Los caleños nos estamos acostumbrando que,
somos nosotros mismos los que tenemos que hacer justicia y la hacemos de la
manera que queramos, en la mayoría de los cosas llega al homicidio. Esta situación
no puede seguir así porque precisamente hay métodos jurídicos para poder
solucionar esos conflictos. Además es preocupante que el mayor número de
asesinatos que se comenten, tienen que ver con el mundo del narcotráfico, lo
que demuestra que la sociedad cada vez se va dejando permear por la “narco
cultura”.
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